Aun que el tiempo que pasé hoy en la ducha fue mas corto que nada en la vida, fue lo suficiente como para meditar el poder de las personas. Me refiero al poder que tiene una persona sobre otro queriendo o no queriendo... Somo a veces tan condenadamente influenciables y una palabras nos vasta para caer en depresión o para crear castillos flotantes.
No entiendo el por que... Ni pretendo hacerlo. Es como la historia de los corderos y las espinas de las rosas: Las rosas fabrican espinas desde tiempos inmemoriales pero así también los corderos se comen las rosas. Son cosas que pasan aun cuando se trate de evitar y es algo tan cíclico como la vida misma.
Al fina entre tanta divagación yo sigo aquí escuchando "aun estas en mis sueños" y cantando a vos en cuello mientras mi abuela desde el comedor me dice que voy a quebrar los vidrios de la casa (tan simpática mi petita ¬¬) Y sigo poderosamente influenciada por el embrujo de sus palabras "el conjuro de sus palabras de amor ya me atrapo" (8)...